Hoy nos ponemos un poco serios porque se dice por ahí que ‘la piel es lo más profundo que tenemos’, y no le falta razón a esta afirmación.

El sistema nervioso central, el aparato digestivo y la piel provienen del mismo tejido embrionario y por eso lo que sucede en alguna de estas partes casi siempre repercute en las demás.

Por eso sentimos que nuestra piel está apagada y triste cuando pasamos un mal momento emocional, cuando estamos nerviosos por un examen o por una situación que nos preocupa, etc., y todos nos dicen la ‘buena cara’ que tenemos incluso lo guapos que estamos cuando pasamos por un momento dulce o simplemente estamos tranquilos.

Del mismo modo, que nuestra piel no tenga una apariencia agradable puede llegar a afectarnos emocional y psicológicamente, y hay varios estudios que lo corroboran, e incluso se habla de una repercusión psicosocial y laboral en el caso de los adultos.

En Naáy además de preocuparnos el malestar físico que puede ocasionar el eccema, la dermatitis atópica o cualquier otra afección cutánea nos preocupa mucho la repercusión de esto en la salud psicoemocional, especialmente en el caso de los niños.

Por eso queremos ayudarte con unos pequeños consejos para ‘darle la vuelta’ a ese temor al rechazo que pueden/s tener por el aspecto de su piel.

  • Debemos evitar que su dermatitis le defina, una persona ‘tiene’ dermatitis atópica o eccema, NO ES atópica.
  • No dejes pasar la oportunidad de verbalizar la gran cantidad de virtudes, incluso físicas que tu hijo tiene, aunque hay corrientes que no son partidarias de etiquetar o calificar a las personas por sus cualidades físicas en este caso es una forma de contrarrestar la atención que pueda estar puesta en su pequeño ‘defecto’ físico debido a la dermatitis.
  • Atiende, valida y contén la emoción que tu hijo está transitando debido a esta situación hay que evitar quitarle importancia y que tu hijo no se sienta comprendido, tenga la edad que tenga. Cuando el niño es más mayor, incluso adolescente, es importante crear el ambiente adecuado para que pueda expresar sin temor a ser enjuiciado lo que siente, ser empáticos con él, acoger con cariño sus temores y ofrecerle salidas positivas, como buscar juntos ropa o accesorios que le ayuden a ocultar sus eccemas, buscar tratamientos para mejorarlos y poco a poco ayudarle a que lo acepte sin su propio juicio negativo.
  • Evita que la dermatitis atópica se convierta en una excusa para sobrepasar límites, en ocasiones permitimos a los niños saltarse normas cuando están enfermos o están pasando por un mal momento y no es una buena estrategia. 
  • Dale responsabilidad sobre el cuidado de su piel, adecuándolo a su edad pero es importante que desde pequeños sepan que su piel es ‘especial’ (es maravilloso poder darle una connotación positiva a esto a pesar de que le cause problemas) y que no pueden poner cualquier cosa sobre ella como pintacaras, calcomanías, tattoos o maquillajes; y que al mismo tiempo tienen que seguir una rutina diaria de cuidado de la piel.
  • Celebra los logros obtenidos, especialmente cuando se deban a que él mismo ha introducido o aceptado cambios en su vida diaria que han contribuido a la mejoría, como eliminar o reducir el consumo de ‘chuches’, aplicar la crema sin quejarse, etc. 

Seguramente existan muchas más cosas que podemos hacer por mejorar la salud emocional de nuestros niños con dermatitis atópica pero nunca debemos olvidar que el tratamiento tópico con nuestro Gel Shampoo Suave, sin sulfatos ni perfumes añadidos, la hidratación diaria con la Emulsión Recuperadora de cara y cuerpo y el tratamiento de las grietas y/o heridas que se puedan ocasionar con nuestro Bálsamo Multiusos de Árnica, son fundamentales para prevenir este tipo de problemas emocionales. 

¿Tú has utilizado alguna estrategia que quieras compartir con otras familias? ¡Te leemos en comentarios!

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