La primera semana de octubre se celebra, desde 2008, la SEMANA INTERNACIONAL DE LA CRIANZA EN BRAZOS, con el objetivo de concienciar de los beneficios de llevar a los bebés cogidos frente a la creencia o dicho popular ‘no le cojas que le malcrías’ o ‘no le cojas que se acostumbra’.

Lejos de acostumbrarse, los bebés necesitan los brazos, el contacto íntimo con sus primeras figuras de apego, para criarse seguros y poder ser, en el futuro, unos adultos emocionalmente sanos. 

Pero el trasfondo de la crianza en brazos va mucho más allá del porteo o de coger a tus hijos cuando lo demanden (ojo tampoco se trata de llevarles encima siempre), si no de realizar un cuidado y educación de nuestros hijos respetuosa, siendo consciente de lo frágiles que son y de la transcendencia que tiene cualquier acontecimiento de su infancia para su futuro y el de los que les rodeamos; lo importante que es la escucha de sus necesidades, la calidad y calidez de nuestra comunicación con ellos y, por supuesto, la forma de establecer los necesarios límites para el sano crecimiento y desarrollo de nuestros hijos.

Supongo algunos os preguntaréis cómo podemos comunicarnos, o al menos hacer que un bebé de días, semanas o pocos meses nos entienda, si no hay palabras por su parte y creemos que tampoco comprensión de las nuestras… hay un lenguaje que va más allá de las palabras y que muchos habréis experimentado que es el lenguaje de la piel, del tacto, del contacto y la contención, y ahí vuelve a entrar la crianza en brazos, el alimentar a nuestro bebé entre nuestros brazos, el acunarle mientras escucha el sonido rítmico de nuestro corazón y disfruta del balanceo que le proporciona nuestra respiración, y por supuesto el momento íntimo y maravilloso que suponte el baño, un ratito de masaje buscando el transmitir con nuestras manos todo ese amor y sentimientos que no podemos poner en palabras, esas nanas susurradas mientras acariciamos a nuestro bebé de forma instintiva… ¿alguien sigue pensando que es perjudicial coger al bebé en brazos?

En Naáy creemos firmemente en los beneficios de la crianza con apego, la crianza en brazos, la lactancia materna, del masaje en bebés, el porteo ergonómico, los cuentos sobre la piel… y por eso creamos una línea diferenciada dentro de nuestros productos dedicada al cuidado de la delicada piel de nuestros bebés, libre de perfumes (recordad que mientras nuestros peques estén en la etapa sensoriomotriz, hasta los 18 meses aproximadamente, su aprendizaje se realiza a través de los sentidos siendo el olfato uno de los más importantes, por lo que si se lo anulamos con perfumes de cosméticos, suavizantes o colonias propiamente dichas, les estamos privando del privilegio de aprender y aprehender del mundo que les rodea; y no hace falta añadir para los que habéis tenido el privilegio de convivir con uno de ellos, que los bebés tienen un delicioso olor natural que no hace falta ‘adornar’ con nada más); My Little One está realizada sólo con los ingredientes naturales y ecológicos que destacan por su suavidad y característica hipoalergénica, que son tratados con extremado mimo en nuestro laboratorio y envasados en recipientes que minimizan la contaminación por agentes externos a la vez que facilitan su aplicación.

Podríamos daros muchos más detalles de nuestros productos infantiles pero sencillamente están hechos con el corazón,  #hechoconlove como solemos afirmar de lo que pasa por las manos de la ‘familia Naáy’, y podemos asegurar que en el caso de My Little One esta afirmación se lleva al extremo buscando la máxima garantía de respeto y cuidado de la piel, por lo que además puedes usarlo con total tranquilidad si también tú tienes la piel especialmente sensible o requieres cuidados especiales en alguna parte en concreto.

Te invitamos a seguir practicando o a descubrir la crianza natural, en brazos, con apego… como lo quieras denominar y que tengas en cuenta que los cosméticos que pones sobre la piel de tu bebé también forman parte de un estilo de cuidado natural, respetuoso y sostenible.

Compartir esta publicacion