Hace casi 15 años coincidimos en Ecocultura con las representantes de AMICYL, como Asociación de Masaje Infantil de Castilla y León en aquel momento y Asociación de Maternidad e Infancia de Castilla y León posteriormente, y surgió una sinergia de forma natural con este grupo de profesionales de la infancia y la maternidad que nos ha permitido enriquecernos mutuamente tanto a nivel profesional como personal.

Posiblemente gracias a las muchas conversaciones compartidas, a la asistencia conjunta y a la colaboración en eventos con AMICYL y/o con algunas de sus integrantes en particular y a que a la ‘familia Naáy’ empezaron a llegar bebés, pudimos comprobar en primera persona las necesidades de padres y bebés. La línea Naáy Baby integrada por unos pocos productos en aquel momento fue creciendo y se convirtió en nuestra línea infantil My Little One, siempre en continua evolución buscando el cuidado de los más pequeños de la casa, ayudando a dar soporte a cada vez más familias conscientes de la importancia que tiene la nutrición a través de la piel, y cómo no la nutrición afectiva a través del tacto.

El masaje infantil no es algo que esté de moda o se haya inventado recientemente, es una técnica ancestral practicada por prácticamente todas las culturas y que reporta enormes beneficios a las familias, actualmente existen dos tipos de técnicas ‘estandarizadas’ que pueden aprenderse a través de talleres dirigidos a padres con sus bebés: el método Shantala y el método de la IAIM (Asociación Internacional de Masaje Infantil).

Personalmente pienso que la técnica es lo menos importante que se aprende en estos talleres, lo importante es que ayudan a los padres a crear un espacio de comunicación no verbal con sus hijos, un tiempo donde desconectar del día a día, donde conocerse, ayuda a crear las claves comunicativas y afectivas de esa diada (madre/padre-bebé) y con ello a facilitar el establecimiento de un vínculo de apego sano entre ellos, lo que dará lugar a niños, que luego serán adultos, más independientes y seguros.

Además de estos beneficios quizás no tan tangibles y con resultados a medio-largo plazo, está comprobado que el tacto y el masaje en particular tienen numerosos beneficios físicos: estimula la maduración del sistema nervioso de los bebés, ayuda al retorno venoso, acelera la maduración del sistema respiratorio, disminuye la mucosidad, ayuda a la integración sensorial, mejora el tono muscular estimulando el crecimiento y el sueño, etc.,  entre otros muchos pero quizás el beneficio más buscado por las familias es que  ayuda a prevenir y a calmar los cólicos del lactante.

Una de las cosas que aprendimos de las profesionales de AMICYL es que el olfato es uno de los sentidos más importantes para los bebés por lo que es muy importante que los cosméticos y por supuesto el aceite de masaje, que se utilice con bebés de menos de 18 meses, no lleve ningún tipo de aroma o perfume para no privarles de los olores que les ayudan a aprender de su entorno en esta bonita etapa ‘sensoriomotriz’; por ello eliminamos todos los perfumes de nuestra línea My Little One y elegimos una rica mezcla de aceites vegetales (caléndula, sésamo, manzanilla, rosa mosqueta y jojoba entre otros) libres de aroma creando nuestro ACEITE DE MASAJE MLO ideal para que ese momento mágico de escucha y comunicación familiar no nos sorprenda con rojeces, reacciones feas de la piel o exceso de grasa sobre la delicada piel de tu bebé.

En Naáy siempre tenemos el oído abierto a vuestras sugerencias de mejora, un espacio de escucha a los profesionales de cualquier tipo que puedan beneficiar a sus usuarios con nuestros productos pero esto es especialmente acusado en el caso de nuestra línea infantil así que si tienes cualquier sugerencia, aportación o necesidad en torno a My Little One, no dudes en ponerte en contacto con nosotros a través de atcliente@naaybotanicals.com porque esta línea más que ninguna está #hechoconlove.

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